Pasta casera, como si estuvieras en Italia.
Es un local casi escondido, familiar y casero, un pedacito de Italia que pasa inadvertido. Sus pastas son caseras y frescas, hechas por sus dueños que son un matrimonio italiano muy amable, esto hace que su sabor sea ese característico de la comida casera, pero la comida casera hecha con cariño. Para mi son de los mejores lugares en Santiago para comer pasta como debe ser, sabroso, abundante y fresco.
Y para terminar, un limoncello de cortesía. Maravilloso.
Excelente comida Italia, pisco sour e historias del dueño. Las pastas son elaboradas ahí mismo y se nota su frescura. Es un lugar que desde fuera no se nota mucho, pero vale la pena visitarlo
Jesu Pimentel Finschi
+3.5
Para celebrar el día del papá, fuimos con mi familia a este tradicional local de pastas. Desde que era niña no habíamos vuelto. El local es mediano, se caracteriza por ser una empresa familiar atendido por sus propios dueños. Lo anterior tiene dos aristas, por un lado es bueno por la cercanía que tienes, lo malo al carecer de personal, los tiempos de atención y espera son largos. La carta es pequeña, pero las pastas son caceras, en su justa medida las porciones y muy ricas. Es sencilla la ambientación y los precios son batante módicos para lo que te sirves. Yo esta vez me serví ravioles de espinaca enmantequillados y un tirmasù bien rico. También se puede aprovechar que los dueños venden pastas frescas congeladas para llevar a casa.
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